Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1893-1894 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 10 de mayo de 1893
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 30, 707-708
Tema: Observancia de las festividades en el Congreso

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Si el Sr. Mella meditara respecto de lo que acaba de hacer, ¡cuánto le pesaría! Porque S. S., que predica contra el parlamentarismo, está tan tocado de él, que le prefiere a la religión.

La cosa es sencilla: el Sr. Mella tenía un deber parlamentario que cumplir, y además un deber religioso, puesto que ya estamos en el día de la Ascensión, y ha prescindido del deber religioso para [707] cumplir el parlamentario; de manera que, a sabiendas, se ha condenado. (El Sr. Vázquez de Mella: ¡Si sólo era por salvar el alma de S. S.!

¡Si ahora va a resultar que yo voy a salvar la suya! porque yo no creo que peco con lo que hago; pero S. S., que cree que peca, y lo hace, es el que necesita de mi ayuda para salvarse, porque si no, irremisiblemente está condenado. Yo no lo puedo estar, porque no tengo la intención; no sé que peco, porque no tengo la intención de pecar, y S. S. sabe la influencia que la intención tiene en el pecado. De manera que S. S. está de lleno condenado. (El Sr. Vázquez de Mella: Por eso S. S. es tan gran pecador, porque está condenado.) Estaré condenado a la vez que S. S.; no hay más sino que a mí me tendrán más consideración que a S. S. Hágame el Sr. Mella el favor de dedicar lo que falta de este día de fiesta a la penitencia y a la oración, en lugar de ocuparse de estos asuntos parlamentarios.

Pero, además, ¡si ya S. S. estaba condenado antes de venir aquí! ¿Pues en qué día fue S. S. elegido Diputado? ¿No fue en domingo? (El Sr. Vázquez de Mella: No, el viernes.) ¡Ah! Entonces, cuando las cuestiones políticas favorecen a S. S., entonces no se peca.

Por lo demás, yo ¿qué he de decir al Congreso ni a S. S.? ¿Qué no prosigamos la sesión para que no pasemos del miércoles; cuando hace hora y cuarto que estamos en el jueves? Pues no le puedo decir sino que ya no puede ser, porque hace tiempo que nos estamos ocupando de la política y del debate. Si S. S. hubiera hecho antes de las doce de la noche su proposición, y si apoyándola hubieran dado las doce, debiera haberse sentado, ya que es tan ferviente católico apostólico romano, y sobre todo tan creyente; pero por lo visto S. S. es creyente mientras la creencia le es conveniente; que cuando no, prescinde de ella por cosas tan baladíes, según S. S., como las cuestiones políticas y parlamentarias.



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